Químicos: líquidos, sólidos, polvos, humos, vapores y gases.
Físicos: como los ruidos, las vibraciones, la insuficiente iluminación, las radiaciones y las temperaturas extremas.
Biológicos: como las bacterias, los virus y los desechos infecciosos.
Psicológicos: provocados por la tensión y la presión.
Los riesgos que produce la no aplicación de los principios de la ergonomía. Por ejemplo, el mal diseño de las máquinas, los instrumentos y las herramientas que utilizan los trabajadores; el diseño erróneo de los asientos y el lugar de trabajo o unas malas prácticas laborales.
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